Este artículo está inspirado por los recientes acontecimientos ocurridos en mi amado país y basado en hechos reales. Eran las 23:48 del 21 de septiembre, cuando por inbox recibí un mensaje, agradeciéndome el artículo que había enviado “primeros auxilios psicológicos” Era una colega que había colaborado en años pasados conmigo ; excelente psicóloga infantil; sin embargo en el intercambio de comentarios sobre el sismo recién acontecido me revela que su hijita había tenido la fortuna de haber salido ilesa en medio del derrumbe de su escuela… la atendí con todo el respeto y empatía como me fue posible ; sin embargo , me había dejado helada pues note al cabo de 45 minutos que mi gran amiga y colaboradora verdaderamente estaba des-estructurada, con un profundo agradecimiento a Dios por haberle dado una oportunidad de vida a su hija, pero al mismo tiempo aterrada de lo que podría haber pasado y profundamente conmocionada por los compañeritos y maestras acaecidos.
Esa noche me daba vueltas la cabeza pues, el centro de acopio de mi parroquia( que esta frente a mi casa ), no dejaba de tener movimiento todo el día y la noche ; sumado a esto, la sirena de las ambulancias sonaban constantemente. Esto me hizo darme cuenta que realmente era un estado de emergencia.Por mi parte a primera hora del 20 ya había decidido participar en el traslado de víveres y medicamentos a los lugares más necesitados de la zona y poco a poco me fui quedando conmovida de la cantidad de gente que deseaba ayudar. El dolor de México era intenso, que a donde uno volteara lo podía palpar; un dolor que nos calaba los huesos a todos los mexicanos.
Esa madrugada del 22 de septiembre decidí hacer una propuesta al párroco de la iglesia en cuanto amaneciera. El es un hombre con mucha presencia en la comunidad y sobre todo con mucha congruencia en su postura de líder religioso. A menos de 24 hrs del sismo ya había ofrecido albergue temporal y un centro de acopio en su parroquia, y así a las 10 am Le propuse intervención en crisis a la comunidad…. Me dijo “ ya tengo a los psicólogos » y yo le decía es que yo conozco psicólogos especializados en intervención en crisis en desastres naturales ; fue entonces cuando me dijo CONVOCA mañana a las 10 am y ya veremos, el por su lado hizo lo propio en sus homilías.
Inmediatamente me contacte con mi psicóloga para recibir orientación y me diera los datos de la líder de la zona sur .Fue entonces que le llame en ese momento y casualmente era la misma persona que había contactado al párroco un par de días antes. Llegamos a la parroquia juntas, como si hubiéramos hecho una cita con el destino. Ahí nos conocimos sin saber una de la otra, nos abrazamos y en ese momento fue cuando el párroco sorprendido nos pregunto “ Estamos en el mismo tenor?” a lo cual ambas asentamos con la cabeza y acto seguido el y la líder de la brigada se fueron a peinar la zona para detectar las necesidades y yo a concretarme a hacer la difusión a través de carteles para el día siguiente. Indiscutiblemente era una «diosidencia».
El 23 de septiembre a las 9 de la mañana conocí a todo el equipo que comandaba esta líder. Teníamos escasas 12 hrs de haber convocado a través de las homilías y por las redes y la comunidad estaba desbordada.
Hubo una gran audiencia para manejo individual ( aquellas personas que habían perdido algún ser querido )para manejo de niños que presentaban ansiedad y miedos y para un grupo de adultos, todos mezclados con un mismo fin; repartir el dolor que nos albergaba el alma,buscando hermanarnos, fortalecernos y acompañarnos con todos estos sentimientos que nos dejaron en la máxima vulnerabilidad ante el tremendo sismo vivido.
El abrazarnos todos juntos fue un bálsamo al alma para aquellos que habían tenido perdidas humanas.
Al cierre de este articulo ya hay todo un cronograma de actividades comandado por ese grupo que mostró determinación desde el primer momento, cubriendo todos los horarios de lunes a domingo y apoyado por un sin número de especialistas decididos a dar lo mejor de si para poder acompañar respetuosa y amorosamente al que sufre y poder salir fortalecido de este tremendo episodio que nos demostró de que estamos hechos los mexicanos.
Al final de la sesión grupal de ese sábado y del cual yo era responsable ; le solicite a cada uno de los asistentes que mencionara en una sola palabra que le había dejado la reunión. Algunos contestaron que se quedaban con agradecimiento, con aprendizaje, con comunión, una persona contesto CON MIEDO! Y pregunte a todo el grupo ¿Se vale sentir miedo? Y todos al unísono contestaron ..SI ¡
A lo cual yo conteste.. “ Jesús Cristo orando en el huerto, suplico al Padre que le evitara ese cáliz, que sentía miedo … y el Padre le contesto: A cumplir tu misión! … y entonces Jesús tomo de la mano su miedo y se echó a caminar» .
Entonces les pregunte: ¿Si Jesús Cristo, que fue Jesús Cristo sintió miedo… quienes somos tú, yo o aquel para no sentirlo?… Agarremos a nuestro miedo de la mano y echémonos a andar!!