Recientemente leí un artículo sobre la infidelidad a través del WhatsApp y este tema me permitió corroborar lo riesgoso que pueden ser los grupos de chats “amistosos”, por lo que implican, pues las personas involucradas ya tienen accesos directo a alguno de los miembros del chat, lo cual se puede aprovechar para hacer “bellas” remembranzas de los años pasados, de alegría y felicidad.
Tengo 30 años de dedicarme a atender parejas y es desalentador percatarse que la tecnología en lugar de ocuparla para hacernos la vida más ligera, se tergiversa y se ocupa de manera inadecuada e irresponsable, utilizándola para cubrir deficiencias en la capacidad de relacionarse e incluso intentar cubrir carencias afectivas.
En una de las conferencias que impartí en el Tecnológico de Monterrey trate el tema de Amor y Respeto en la pareja ( Tema registrado en mi audio-teca ) , en esa conferencia menciono dos condiciones para que una relación de pareja pueda florecer 1.: Exclusividad a nivel conyugal y 2. Reciprocidad. Estas dos condiciones van muy a la par, sin embargo la primera es la que nos compete en este artículo; pues se refiere a la fidelidad y lealtad hacia la pareja, lo cual no es otra cosa que una CONQUISTA DIARIA DE LA INTEGRIDAD PERSONAL.
Me voy a permitir transcribir un artículo de Orfa Astorga del Grupo Aleteia ,ya que me pareció muy revelador, pues muestra el común denominador de lo que me encuentro en las terapias de parejas con problemas conyugales cuando de redes sociales se trata.
Testimonio Anónimo
«Hace tiempo me encontré en mi WhatsApp un chat de mi ex secretaria a quien tenía unos años sin ver ni saber de ella, la razón: ambos habíamos aceptado la invitación a participar en un grupo de ex compañeros de trabajo y disponía de mi número, lo que aprovecho para enviarme un cordial saludo.
Le conteste en el mismo tono agradeciéndole su atención, luego entrecruzamos breves comentarios sobre el presente de nuestras vidas, familia, trabajo, entre otros. Ella estaba divorciada y tenía un hijo pequeño.
La cosa hubiera quedado ahí, pero luego me envío una imagen en la que aparecía muy guapa, por lo que entraron en mi mente una serie de pensamientos erróneos: ella era aún joven, atractiva y libre como cuando la conocí, así que quizá podíamos volver a tratarnos con el compañerismo de cuando laborábamos juntos, claro, solo a través de una simple relación virtual. Un compañerismo que en la vida real implico en su momento ciertos filtreos.
Comenzó como un juego de vanidad y aferramiento a la juventud de alguien como yo , con poco mas de 40 años. Un juego por el que constantemente VACIABA EL CONTENIDO DEL CHAT de mi celular para no tener problemas con mi esposa a quien amaba verdaderamente.
Luego en ese “juego” fueron aumentando intercambios de comentarios sobre gustos, aficiones, chistes, pensamientos bellos retransmitidos de la misma red y confidencias personales.
Confidencias que solo pertenecían a mi esposa, y que siendo ya una CLARA MANIFESTACIÓN DE INFIDELIDAD , eran a la vez la antesala de mayor involucramiento.
Pensaba que a propósito de confidencias en el mundo de lo virtual, no arriesgaba nada si mentía, dando a entender que había grietas en mi matrimonio, y que mi esposa en las crisis volteaba hacia otro lado.
Lo cierto es que con esta actitud lo que estaba haciendo en el mundo real era invitar a alguien que llegase a destruir la felicidad que hasta ese momento existía entre mi esposa y yo.
Fue entonces que “ese alguien” comenzó a enviarme selfies de mirada intensa, así como imágenes de provocativas poses.
SE HABÍA ENCENDIDO EL FOCO y me negué a verlo, más aun tratando de sentirme bien en esa doble moral , le enviaba a mi vez selfies cuyo fondo escogía con cuidado para dar una imagen de libertad, juventud y capacidad económica.
Era ridículo, absurdo, pero de lo virtual pase a considerar la posibilidad real de una cita para un encuentro personal.
Estaba enganchado y no quería reconocer que estaba admitiendo la existencia de un tercero en mi matrimonio y que por ello ya era infiel aunque no existiese contacto físico con la otra persona. Tan era así que estaba dejando de ser leal al proyecto común existente en mi matrimonio, pues EMPEZABA A ESTAR AUSENTE FÍSICA Y EMOCIONALMENTE.
Por algunos de mis amigos, yo sabía que este tipo de experiencias en las redes socias puede ser síntoma de un VINCULO DETERIORADO, por lo que alguno de la pareja empieza a seducir o a dejarse seducir por el otro. En el fondo existen SITUACIONES CONFLICTIVAS SI ATENDER NI RESOLVER.
Lo cierto era que en mi matrimonio no había problemas, pero había olvidado que LA FIDELIDAD ES UNA CONQUISTA DIARIA DE LA INTEGRIDAD y me estaba durmiendo en mis laureles.
Ahora, ahogado por el cumulo de emociones malsanas que me arrastraban, me costaba ver a mi esposa a los ojos, sobre todo ante el cercano aniversario de nuestro matrimonio, el cual mi esposa me recordó cariñosamente sin sospechar nada.
En ese momento, ella fue la balsa a la que me aferre como naufrago ante la FUERTE ATRACCIÓN DE UNA AVENTURA, cuyas consecuencias serían como atarme a una enorme roca que en cualquier momento podría arrastrarme hacia el abismo.
Y decidí terminar eso!
Lo que hice fue deshacerme del número de celular y darme de baja del grupo sin dar ninguna explicación a “mi conquista virtual” Lo único que puedo decir a mi favor es que tuve LA VALENTÍA DE HUIR, admitiendo la debilidad adquirida.
Mis amigos que han caído también en la trampa de las “inofensivas relaciones virtuales” como fuga a sus problemas de relación, FORMAN PARTE DE UN NUEVO FENOMENO SOCIAL CUYA CARACTERISTICA ES ESTA FORMA DE INFIDELIDAD.
Por ello valiéndome de su amistad y confianza les he participado mi experiencia y testimonio, al tiempo que los he invitado a asistir a un curso de superación matrimonial y les ayude a detectar su problema de fondo.
A ellos y a mí nos ha quedado claro que ciertamente en el engaño del adulterio, anteriormente existía siempre la contrapartida del encuentro físico con el otro , y que hoy, al margen del peligro latente , aun cuando ese encuentro no se diera nunca, de todas maneras EL DAÑO DEL MATRIMONIO PUEDE SER PROFUNDO, ya que en pos de esa relación virtual se termina dilapidando la relación real.
En ambos casos, puede resultar el vaciamiento total del vínculo.
HOY SE PUEDE SER ABSOLUTAMENTE INFIEL EN SOLITARIO con toda la carga moral que ello implica, y tan es así que el impacto emocional para la persona que ha descubierto la infidelidad virtual del cónyuge no es menos grave que el de los actos cometidos físicamente.»
El estar atento a la cantidad de tiempo que le dedicamos al móvil y a las redes sociales, así como el tiempo que le dedicamos a la persona que está a nuestro lado y con la que pactamos un proyecto a largo plazo, es crucial para evaluar si vamos por el camino correcto o quizá nos desviamos; y sin siquiera darnos cuenta.
Si al leer este artículo te reflejaste, es momento de hacer un paro, evaluar la situación con toda honestidad y pedir ayuda.