Soy Claudia, profesionista y madre de familia.
Yo llegue a terapia en un momento de mi vida en el cual me sentía sumamente abrumada por ser mamá, por tener un sentimiento de abandono, por no poder entregarme al cien por ciento emocionalmente a mi pareja, el no sentirme valiosa y no saber manejar mis emociones. Hoy por hoy puedo reconocer que el haber confiado en este proceso me enseñó a pensar, a sentir, a enfrentar, a vencer y dejar mis miedos atrás, a identificar su origen, a sanar mis heridas y a entender qué hay cosas que no puedo controlar y que tampoco me puedo responsabilizar por lo que les pasa a los demás, a hacerme cargo de mi vida, de mis actos.
Mi terapeuta desde la primera sesión fue sumamente responsable me ofreció un análisis y un proceso con mucha claridad y sobre todo libre de todo juicio, acompañándome en todo el proceso.
Puedo decir que, aun cuando tengo cosas que resolver, este proceso ha sido altamente productivo y ha contribuido a mi bienestar psicológico, y sobre todo a tener las herramientas necesarias para poder enfrentarme a la vida felizmente y con una mayor inteligencia emocional en las situaciones que constantemente se van presentando en la vida.
