Soy Raquel, Licenciada en Criminología.
Cuando llegué a terapia con la Psicóloga María Teresa García, estaba en crisis. Mi matrimonio se estaba desmoronando y tenía cualquier tipo de juicio nublado. Me sentía culpable, rechazada, ofendida y encima con la carga de “fallar” en mi matrimonio con la persona que había escogido como mi pareja “ideal”.
Durante los cinco meses que asistí a terapia, de manera disciplinada y continua, pude procesar y entender que no había motivos por qué sentirme culpable; que si bien tenía parte de responsabilidad en ciertas cosas y él también tenía su parte; yo debía concentrarme en mi y fue así como logré entender que no era el fin del mundo. Debía cambiar mi propia mentalidad: ser flexible y menos dura conmigo misma.
Logré comprender que lo que yo sentía era mi responsabilidad, así como la generadora de mi propia felicidad y al final era mi decisión que esto me afectara o no. Aprendí a seleccionar mejor a las personas con las que me relacionaba y a salir de aquellas relaciones que me dañaban. Reivindiqué la palabra “NO” en el momento oportuno y sobre todo si algo no me convencía, lo decía, siempre de forma amable y respetuosa.
Aprendí a aceptar mi forma de ser y a convivir de forma armoniosa conmigo misma, a respetarme y cuidar mi dignidad y seguridad, a separar mi temperamento de mi carácter y controlar mis impulsos. Comprendí que se valía caer, pero obligatorio era levantarse y no auto lamentarse, pues la terapia me enseñó que la auto conmiseración atenta contra uno mismo, además de ser uno de los papeles más denigrantes para el ser humano y que esto afectaba gravemente mi conciencia de prosperidad en todas las áreas: salud, familia, trabajo, amor, economía, etc.
De esta manera logré relacionarme con una nueva pareja que me complementa y yo a él, y a la fecha somos esposos, amigos, cómplices y excelentes compañeros de vida en un marco de respeto, amor, madurez y sobre todo de mucha comprensión y prudencia por ambas partes.
Fue entonces que me sentí tan motivada, que además de mi profesión original, decidí estudiar Criminología, pues parte de mi terapia fue darme cuenta de que podía enfrentarme a retos y que sólo yo podía ser o no mi propio obstáculo. Elegí esta carrera que siempre quise estudiar para devolverle a la vida todo lo agradecida que estaba con ella y aportarle algo a la sociedad, con mi trabajo, como lo es la prevención y atención a las víctimas.
Hoy, a casi 9 años de iniciada mi terapia, tengo fuertes los cimientos que obtuve desde entonces y soy una persona feliz, con altas y bajas, pero siempre viendo el lado positivo de las cosas.